Evitar que el niño se escape
Uno de los miedos de las
padres de un niño con autismo es que salga corriendo y le pueda pillar un coche
o pueda perderse. En una encuesta informal un 92% de los niños con autismo se
habían escapado alguna vez y el riesgo que corren se calcula que es al menos el
doble que en los niños normotípicos. Además, uno de cada tres no será
capaz de dar su nombre, dirección o teléfono por lo que es un problema real e
importante.
Aquí hay algunos consejos
procedentes de padres en las mismas circunstancias. Algunos no te gustarán, o
requerirán un aparato que no quieres comprar o no serán lo que tú necesites
pero confío que entre estas 25 propuestas de padres alguna sea de tu interés.
1.
Tengo una señal de
stop hecha de cartón.Cuando abro la puerta le enseño la señal y él no sale ni
echa a correr hasta que la guardo.
2.
Le repetimos las
normas cada día. Ahora ya nos las dice él a nosotros. Cuando salimos, se queda
a mi lado todo el camino.
3.
Cuando nos
cambiamos de casa, lo primero que hicimos fue ir puerta a puerta con un
papelito con la foto de nuestro muchacho y nuestro teléfono. En la tarjeta
pusimos “Si ves a este chico sin ir acompañado de otra persona por favor contacta
con nosotros tan rápido como sea posible”. La respuesta de nuestros vecinos fue
buena, la mayoría quería saber más sobre el autismo y estaban contentos de
poder echar una mano. Nos sentimos en buena compañía.
4.
Empieza pronto.
Desde pequeña he enseñado a mi hija a que estuviera a mi lado todo el tiempo. A
veces me alejo unos pasos de ella en una tienda para ver cómo reacciona y
siempre me busca por la mirada y se queda donde está porque sabe que estaré de
inmediato de vuelta junto a ella.
5.
Pusimos un cerrojo
doble en todas las puertas que dan a la calle.
6.
Usamos un emisor
GPS. Es lo suficientemente pequeño para colgarlo de su cinturón y nos da
información actualizada en tiempo real en nuestro teléfono de dónde
está. Me da mucha paz saber que si se escapa le podemos encontrar
fácilmente.
7.
Puse grandes
señales de stop en las puertas que dan a la calle junto con un letrero que
ponía ¿Has preguntado si puedes salir?
8.
Tras distintas
pruebas de ensayo y error instalamos en el interior de las puertas una cerradura
de las que tienes que poner un código de cuatro números, de manera que hay que
meter la combinación si quieres salir a la calle.
9.
Usamos el término
“sitio seguro”. Al principio el sitio seguro era el portal (y tenía que esperar
allí cuando salíamos de casa). Entonces era un lugar o un objeto del sitio
donde íbamos (en el supermercado, el “sitio seguro” era el carrito, en el
parque las escaleras azules). Luego instrucciones muy claras: Dar la mano al
sitio seguro o esperar en el sitio seguro. También practicábamos muchas veces
al día para que respondiera a su nombre o que supiera decirlo si le
preguntaban. También hemos puesto el símbolo “no” (un círculo con una línea
oblicua) en lugares a los que no puede pasar sin ir de la mano de un adulto.
10.
Observa a tu alrededor
desde la perspectiva de un niño que quisiera escapar. Por dónde, cómo,
cuándo.
11.
Conseguimos un
perro guía para mi hijo y es la mejor decisión que hemos tomado en la
vida.
12.
Hicimos unos mapas
sencillos para nuestro hijo y le llevamos por el barrio para enseñarle por
donde podía ir y por donde no. También compramos un juego de walkie-talkies y
le enseñamos a pulsar el botón y hablar. Después tuvo una bici y los límites se
ampliaron, seguimos controlando con los walkie talkies pero ahora tiene un móvil.
Le animamos a que nos mande fotos por donde vaya y así sabemos donde está pero
se mantiene cerca de casa.
13.
Mi hijo ama la
cinta adhesiva. Finalmente nos dimos cuenta que consideraba la cinta roja como
una señal de prohibido el paso. Pusimos cinta roja en los lugares por donde no
queremos que vaya. No hemos querido colocar un candado de combinación por si
hay una emergencia en casa pero hemos puesto alarma en las ventanas y en la
puerta de la casa.
14.
Lleva una pulsera
con mi teléfono grabado en ella. También tiene un par de llaveros grabados con
mi nombre, el suyo y mi teléfono. Uno está colgado en su mochila y el otro
lo he puesto en su abrigo.
15.
Mantenemos sus
zapatos en un lugar donde no puede cogerlos porque él no saldría jamás de casa
sin ellos.
16.
Alarma en la
puerta y un candado de cadena, trabajar sobre los límites prohibidos y
enseñarle sobre la señal de “stop” en su terapia. Le llevo con una correa en
las tiendas por muy asqueroso que parezca. La oficina local de policía tiene un
archivo suyo por si hay que ordenar una búsqueda rápidamente.
17.
Mi pequeño se
escapó una vez y me sentí morir. Puse candados en la parte superior de las
puertas, grabé su nombre en la ropa interior, puse identificaciones también en
su casco, en sus camisas y visité a mis vecinos y a la policía local para que
conocieran a mi hijo.
18.
Compramos un
pastor alemán y le enseñamos jugando a localizar a nuestro hijo cada vez que se
escapara. Unos cuantos juegos al escondite y cuatro años más tarde nuestro
perro todavía le gusta jugar a esconder y a buscar a nuestro hijo. Normalmente le
encuentra en pocos minutos.
19.
Todos los días al
vestirle y todas las noches al ponerle el pijama le hago una foto con el
teléfono. Si se escapa fuera de casa creo que ver lo que lleva será lo que
más pueda ayudar a la gente que le esté buscando.
20.
Estoy preparando
una pequeña octavilla plastificada para que la lleve en su mochila donde
explico sus comportamientos, capacidades y dificultades, así como todos los
datos de contacto.
21.
En cualquier
evento nocturno le pongo un collar fosforescente alrededor del cuello de forma
que pueda verle si nos separamos un poco y me pongo otro para que él me pueda
ver a mí también.
22.
He pasado unos
cuantos ratos haciendo pruebas para intentar rastrear y entender qué es lo que
hace cuando se escapa. ¿Sucede en algunos sitios en particular? ¿hacia donde
va? ¿Busca algo o hay algo que le atraiga en especial?
23.
Unos amigos nos
trajeron un aparato de GPS que venden en tiendas de electrónica y que puedes
coser a la ropa o meter en su mochila. Puedes establecer unos límites como el
interior de tu piso o el patio de tu casa. Si el niño pasa el límite, recibes
un mensaje en tu teléfono indicándote que se está alejando y dónde se encuentra
en ese momento.
24.
Cada vez que
salimos le pongo una tarea y él se concentra en enseñarme lo bien que lo hace y
se olvida de salir corriendo.
25.
Enseñamos a
nuestros niños (en una zona segura) a jugar a un juego que llamamos “semáforo
rojo y semáforo verde”. También le hemos enseñado otro con las palabras
“camina, corre y stop”. Tienen una recompensa si siguen bien las instrucciones.
Nos ha sido muy útil.
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